Los síntomas habituales que produce la gripe son muy similares a los que da el COVID-19 y otros muchos virus respiratorios (rinovirus, adenovirus, parainfluenza…), de tal forma que es imposible dar un diagnóstico de certeza solo con las manifestaciones clínicas. La única forma de poder hacerlo es mediante la realización de pruebas diagnósticas, como la PCR, el test del antígeno, etc.
De esta forma, una persona con síntomas de infección respiratoria debe contactar con el sistema sanitario para descartar COVID-19. De estos pacientes, aquellos casos que son debidos a la gripe, podrían haber sido evitados por la vacunación.
Además, una misma persona podría padecer a la vez gripe y COVID-19, cuya combinación es muy probable que sea peor que padecer cada infección de forma separada.
Todas estas razones, junto a otras, van a favor de la vacunación de la gripe más que nunca durante esta campaña.