No hay que purgar las jeringas. Tampoco es necesario extraer la pequeña cantidad de aire que pueden contener las jeringas precargadas. Ya que la cantidad que contienen es suficientemente pequeña como para no constituir riesgo para el paciente.
A su vez una pequeña cantidad de aire puede servir para impulsar el producto a inyectar y evitar la pérdida del mismo en el tramo final de la jeringa, la zona de unión a la aguja y en esta.
En resumen, es más preocupante la pérdida de producto activo (derrame al purgar la jeringa o al tratar de extraer el aire y los restos de producto que se quedan en la aguja y jeringa sin poder inyectarse) que la inyección de una pequeña cantidad de aire.