La OMS acaba de llegar a nuevos acuerdos con países y empresas para que los países más pobres comiencen a recibir dosis en la primera mitad de 2021.
Desde los primeros días de la pandemia, la OMS y sus socios, incluida la alianza de vacunas GAVI, han impulsado la iniciativa COVAX(Advance Market Commitment for COVID-19 Vaccines), que reúne los compromisos de la industria farmacéutica, los centros de investigación, las fundaciones y gobiernos que aportan financiación, las organizaciones internacionales que trabajan sobre el terreno, y las agencias reguladoras. El objetivo común es asegurar la fabricación de vacunas destinadas a los países con recursos limitados.
Cuando el número de casos por la COVID-19 superan los 75 millones y la inmunización en un pequeño número de países desarrollados va cobrando fuerza la Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de anunciar nuevos acuerdos con países y empresas con objeto de garantizar que los países más pobres comiencen a recibir dosis en la primera mitad de 2021.
Porque una cosa es lograr una vacuna eficaz y segura frente a la COVID-19, y otra bien distinta es producirla en cantidad suficiente y hacerla llegar a los lugares de vacunación y a la población diana, en todo el mundo estimada de unos 7700 millones de personas y las necesidades de vacunas se sitúan en números de una envergadura extraordinaria, miles de millones de dosis.
Aun cuando estos acuerdos son prometedores, se necesitan más fondos para alcanzar un objetivo tan ambicioso y se teme que las naciones más ricas absorban gran parte del suministro de vacunas COVID-19. Por ello, y desde los primeros días de la pandemia, la OMS y sus socios, incluida la alianza de vacunas GAVI, han estado impulsando COVAX (Advance Market Commitment for COVID-19 Vaccines), una iniciativa presentada en el Global Vaccine Summit 2020 en Londres el pasado Junio. COVAX reúne los compromisos de la industria farmacéutica, los centros de investigación, las fundaciones y gobiernos que aportan financiación, las organizaciones internacionales que trabajan sobre el terreno, y las agencias reguladoras. El objetivo común es asegurar la fabricación de vacunas destinadas a los países con recursos limitados.
Los expertos mantienen que combatir el virus en todas las partes del mundo, especialmente con la vacuna, es un paso clave para poner fin a la amenaza de la pandemia, pero existe una profunda preocupación de que una gran brecha de financiación pueda provocar un retraso prolongado en las primeras entregas de vacunas para naciones con escaso desarrollo.
Los nuevos acuerdos anunciados por COVAX incluyen la compra anticipada de 170 millones de dosis de la vacuna candidata AstraZeneca-Oxford y un memorando de entendimiento con Johnson & Johnson por 500 millones de dosis de la vacuna candidata Janssen. Asimismo, COVAX tiene acuerdos existentes con el Serum Institute of India para otros 200 millones de dosis, con opciones para hasta 900 más, y una declaración de intenciones de 200 millones de dosis de la vacuna candidata Sanofi-GSK.
Todo ello significa que los 190 participantes de COVAX podrán acceder a dosis para proteger a los grupos vulnerables en la primera mitad de 2021 y que, para fines de 2021, al menos 1.300 millones de dosis financiadas por donantes estarían disponibles para vacunar al 20% de su población.
Sin embargo, COVAX necesita 6,8 mil millones de dólares en 2021 para lograr su ambicioso objetivo y la OMS en las últimas 2 semanas ha recibido promesas de varios países, que elevan el monto a un total recaudado a 2.4 mil millones de dólares. Entre ellos se encuentran la Unión Europea, Noruega, Canadá, Kuwait, Dinamarca, Nueva Zelanda y los Centros Ayuda Humanitaria King Salman.
Un tema adicional, no menos importante, es que es vital incluir a los refugiados y migrantes en los planes para el lanzamiento de vacunas por cuanto en no pocos países los migrantes enfrentan discriminación y falta de servicios de salud, aun cuando hacen enormes contribuciones a la sociedad. Sirva como muestra que migrantes turcos en Alemania desarrollaron la primera vacuna COVID-19 aprobada, y una enfermera de Filipinas administró la primera dosis de vacuna en el Reino Unido.
Mike Ryan, MD, quien dirige el programa de emergencias de salud de la OMS, dijo que no es útil convertir el lanzamiento de la vacuna en una carrera a pie y que llegar primero a la línea de meta no ayuda al mundo . Añadió que la atención debe centrarse en que todo el mundo avance: “La ciencia ha cumplido, ahora necesitamos solidaridad”.
El total mundial alcanzó hoy 75.768.382 casos, con 1.677.056 muertes, según el panel en línea de Johns Hopkins.