Ambos virus pueden ser graves, especialmente en personas mayores de 60 años, en personas jóvenes con patologías y embarazadas. 

Por eso, se recomienda las dos vacunaciones a las personas con estas características.

A los niños menores de 5 años se recomienda solo la vacunación antigripal, la de la COVID-19 solo si presentan patologías de alto riesgo

Estas personas suelen recibir la vacuna a través de los servicios de atención domiciliaria.

El sistema sanitario de Andalucía organiza campañas de vacunación anual, y los equipos de atención primaria, en coordinación con los servicios sociales, visitan los domicilios de las personas que no pueden desplazarse a los centros de salud debido a su situación de dependencia. Además, en algunos casos, las personas grandes dependientes pueden ser vacunadas en centros sociosanitarios o residencias si viven en ellas.

Efectivamente, más del 90% de nuestros residentes se vacunan cada año frente a gripe y la COVID-19, en el mismo día que vamos a vacunarlos a las residencias. 

Son muy agradecidos con esta vacunación, saben que es vital para seguir viviendo y disfrutando de unos años más. 

Hay en cambio un 10% que no se quieren vacunar. Deben saber que sus defensas necesitan seguir entrenándose para defenderse mejor de esas dos infecciones. Deben ser conscientes de ello.  

Sí, es muy recomendable que los trabajadores de residencias de mayores se vacunen tanto contra la gripe como contra la COVID-19. 

La vacunación es una medida clave para proteger tanto a los residentes, que son personas especialmente vulnerables, como a los trabajadores de las residencias. 

La vacunación de todos, tanto de los residentes como de los trabajadores, reduce los brotes por estas infecciones en estas residencias.

Las residencias suelen comunicarse con los familiares a través de reuniones, correos electrónicos, llamadas telefónicas o boletines informativos. 

Se proporciona información sobre fechas de vacunación, consentimientos necesarios y cualquier otra información relevante.

Sí, es seguro recibir varias vacunas el mismo día, como la gripe, la covid, neumococo, zoster. 

Se pueden poner dos en cada brazo. 

Esto puede ser conveniente para las personas que tienen dificultades para desplazarse o acceder a los centros de salud. 

Se ha demostrado que no hay interferencias entre estas vacunas cuando se administran juntas, y que no hay más reacciones adversas.

Suelen ser personas muy mayores, con enfermedades crónicas. 

Su sistema inmunitario es más débil. Se defienden peor ante las infecciones. 

Las residencias son lugares en los que debido al contacto más íntimo con muchas personas, es más fácil que se produzcan brotes de infecciones. 

La vacunación ayuda a prevenir infecciones, reduce la gravedad de las enfermedades y protege tanto a los residentes como al personal y visitantes de las residencias.

Algunos mitos comunes incluyen creer que la vacuna de la gripe o COVID-19 puede causar la enfermedad, lo cual es falso. 

Estas vacunas no contienen virus activos, por lo que no pueden provocar la enfermedad. Es completamente imposible.

Por probabilidades, hay personas que se han infectado y están incubando el virus el mismo día que se han vacunado, y a los días comienzan con los síntomas. Es una coincidencia. 

En otras ocasiones, la vacuna puede dar un poco de fiebre, malestar, dolores, que suelen durar poco, no más de 1-2 días. Pero eso no es una gripe o un covid.

Debemos explicar bien estas cosas a la población para que se entienda, y acabar con ese falso mito de que la vacuna produce la enfermedad.

Antes de vacunarse, los pacientes deben informar a los profesionales sobre su condición y cualquier tratamiento que estén tomando. Después de vacunarse, es importante mantenerse hidratado y vigilar si aparecen efectos secundarios más allá de los esperados, especialmente en personas inmunocomprometidas.

La mejor prevención es vacunarse contra la gripe y el COVID-19, además de seguir medidas de higiene como lavarse las manos y mantener una buena ventilación en sitios cerrados.  Estas precauciones van destinadas sobre todo a las personas con mayor riesgo de complicaciones: mayores de 60 años, personas con patologías crónicas, embarazadas, niños menores de 5 años. 

Si se desarrolla síntomas graves, es importante buscar atención médica temprano para evitar complicaciones mayores.