Esta medida va encaminada a proteger de neumococo, fundamentalmente de que padezca una neumonía neumocócica, a las personas que han padecido una forma grave de COVID-19 (que haya precisado hospitalización), dado que a la vulnerabilidad con la que quedan durante un tiempo que a veces es prolongado, se une la posibilidad de haber quedado con secuelas pulmonares, como la fibrosis bilateral (hasta en un 40% según algunos estudios), y la asociación a mayor edad y otros factores predisponentes.
Esta recomendación queda recogida, explicada y argumentada en la instrucción DGSPyOF–6/2023