Se recomienda evitar el contacto cercano con pacientes gravemente inmunodeprimidos (por ejemplo, pacientes recientemente trasplantados de médula ósea -entre 3 y 6 meses postrasplante-, o pacientes en quimioterapia activa) durante las dos primeras semanas si es posible, tras la administración de la vacuna.
Promover medidas higiénicas como el lavado de manos frecuente e igualmente tener una buena adherencia a las medidas de higiene respiratoria o manejo de la tos (uso de pañuelos desechables para cubrir nariz y boca al toser o estornudar).
En aquellas circunstancias en las que sea inevitable el contacto con personas gravemente inmunodeprimidas, se puede valorar el empleo de una vacuna inactivada.